Científicos de la Western University de Londres, en Ontario (Canadá), podrían haber dado con una cura para la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Dirigidos por el doctor Michael Strong, podrían llevar este remedio a los ensayos clínicos en cinco años después de tres décadas de trabajo con enfermos y familias.
En un estudio publicado en la revista Brain y del que también se ha hecho eco la propia Western University, Strong explica que las interacciones entre dos proteínas podrían detener o revertir la muerte de las células nerviosas, uno de los síntomas más distintivos de esta enfermedad.
En concreto, el equipo de Strong descubrió que hacer interaccionar a estas dos proteínas presentes en las células nerviosas afectadas por la ELA puede detener o revertir la progresión de la patología y además, el equipo ya es capaz de hacerlo posible.
En casi todos los pacientes con ELA, la proteína llamada TDP-43 es responsable de formar grupos anormales dentro de las células, lo que provoca la muerte celular. En los últimos años, el equipo de Strong ha descubierto la llamada RGNEF, con funciones opuestas a las del TDP-43. Es una fragmento específico de esta última, el NF242, el que puede mitigar los efectos tóxicos de la patología. Cuando ambas proteínas interactúan se elimina esa toxicidad.
«Es importante destacar que esta interacción podría ser clave para desbloquear un tratamiento no solo para el ELA, sino también para otras afecciones neurológicas relacionadas, como la demencia frontotemporal», ha explicado Strong en la revista de su universidad, donde también ha dejado claro que este avance «es un punto de inflexión».
Gracias a la donación de dinero de un filántropo, el equipo de Strong ha podido sacar adelante la investigación, que ya ha sido probada en diversas especies animales.
Fuente: 20minutos